20 poemas de amor y una canción desesperada (Pablo Neruda)
Poema XV
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Poema XV
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
El cuento de la isla desconocida
(Fragmento)
José Saramago
Un hombre llamó a la puerta del rey y le dijo, Dame un barco. La casa
del rey tenía muchas más puertas, pero aquélla era la de las peticiones. Como
el rey se pasaba todo el tiempo sentado ante la puerta de los obsequios
(entiéndase, los obsequios que le entregaban a él), cada vez que oía que
alguien llamaba a la puerta de las peticiones se hacía el desentendido, y sólo
cuando el continuo repiquetear de la aldaba de bronce subía a un tono, más que
notorio, escandaloso, impidiendo el sosiego de los vecinos (las personas
comenzaban a murmurar, Qué rey tenemos, que no atiende), daba orden al primer
secretario para que fuera a ver lo que quería el impetrante, que no había
manera de que se callara. Entonces, el primer secretario llamaba al segundo
secretario, éste llamaba al tercero, que mandaba al primer ayudante, que a su
vez mandaba al segundo, y así hasta llegar a la mujer de la limpieza que, no
teniendo en quién mandar, entreabría la puerta de las peticiones y preguntaba
por el resquicio, Y tú qué quieres. El suplicante decía a lo que venía, o sea,
pedía lo que tenía que pedir, después se instalaba en un canto de la puerta, a
la espera de que el requerimiento hiciese, de uno en uno, el camino contrario,
hasta llegar al rey. Ocupado como siempre estaba con los obsequios, el rey
demoraba la respuesta, y ya no era pequeña señal de atención al bienestar y
felicidad del pueblo cuando pedía un informe fundamentado por escrito al primer
secretario que, excusado será decirlo, pasaba el encargo al segundo secretario,
éste al tercero, sucesivamente, hasta llegar otra vez a la mujer de la
limpieza, que opinaba sí o no de acuerdo con el humor con que se hubiera
levantado.
Sin embargo, en el caso del hombre que quería un barco, las cosas no
ocurrieron así. Cuando la mujer de la limpieza le preguntó por el resquicio de
la puerta, Y tú qué quieres, el hombre, en vez de pedir, como era la costumbre
de todos, un título, una condecoración, o simplemente dinero, respondieron.
Quiero hablar con el rey, Ya sabes que el rey no puede venir, está en la puerta
de los obsequios, respondió la mujer, Pues entonces ve y dile que no me iré de
aquí hasta que él venga personalmente para saber lo que quiero, remató el
hombre, y se tumbó todo lo largo que era en el rellano, tapándose con una manta
porque hacía frío. Entrar y salir sólo pasándole por encima. Ahora, bien, esto
suponía un enorme problema, si tenemos en consideración que, de acuerdo con la
pragmática de las puertas, sólo se puede atender a un suplicante cada vez, de
donde resulta que mientras haya alguien esperando una respuesta, ninguna otra
persona podrá aproximarse para exponer sus necesidades o sus ambiciones. A
primera vista, quien ganaba con este artículo del reglamento era el rey, puesto
que al ser menos numerosa la gente que venía a incomodarlo con lamentos, más
tiempo tenía, y más sosiego, para recibir, contemplar y guardar los obsequios.
A segunda vista, sin embargo, el rey perdía, y mucho, porque las protestas
públicas, al notarse que la respuesta tardaba más de lo que era justo,
aumentaban gravemente el descontento social, lo que, a su vez, tenía inmediatas
y negativas consecuencias en el flujo de obsequios. En el caso que estamos
narrando, el resultado de la ponderación entre los beneficios y los perjuicios
fue que el rey, al cabo de tres días, y en real persona, se acercó a la puerta
de las peticiones, para saber lo que quería el entrometido que se había negado
a encaminar el requerimiento por las pertinentes vías burocráticas. Abre la
puerta, dijo el rey a la mujer de la limpieza, y ella preguntó, Toda o sólo un
poco…
ACTIVIDADES:
1) Extrae del texto
cinco palabras o frases que utiliza el autor para embellecer su lenguaje y
hacer interesante el cuento. (El cuento de la isla desconocida).
2) Busca el significado
de las siguientes palabras: Aldaba, sosiego, impetrante, resquicio canto,
rellano, pragmática, ponderación, pertinente y burocrática.
3) Analiza lo que
sucede en el cuento la isla desconocida y organízalo así:
Conflicto
Personajes
Lugar
Época
Clima
4) Escribe tres
sentimientos o sensaciones que exprese el Poema XV DE Pablo Neruda y cita los
versos que lo indica.
5) ¿Cuál de los textos
está escrito en prosa y cual está escrito en verso?
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